Cómo el desapego puede hacerte más feliz, competitivo y admirado
Hazte un favor: deja de apegarte a estas tres cosas.
Aferrarse a las cosas tiene sus ventajas. Pero, como las monedas, tiene dos caras.
La cara b del apego son los celos, la obsesión, el dolor, la culpa, la añoranza, la depresión, la muerte en vida y todas esas cosas que te hacen llamar a tu ex a las 3 de la mañana y colgar como si al hacerlo no se reflejara la llamada.
El apego nos hace cometer muchos errores, como quedarnos estancados en el mismo ciclo dando más vueltas que una lavadora.
Por eso tienes que aprender a soltar poco a poco todo lo que te mantiene anclado al pasado; como dice el refrán: "El pasado es historia, y el futuro es un misterio".
Apuesta por el misterio, y tu vida dejará de ser aburrida :-)
Y para ello, deja de apegarte a estas tres cosas.
1. Despréndete de las cosas materiales.
Lo que posees, te posee, y no importa si lo escondes en el fondo del cajón, debajo de la ropa interior.
Así que hazte un favor, deja que Marie Kondo se encarne en ti y empieza a hacer una buena limpieza de primavera para eliminar toda la basura que no te sirve.
Por ejemplo,
Las cajas de Pandora secretas; no son colecciones de recuerdos; son mierda con la que te flagelas cuando quieres sentir nostalgia. (esto es un auto-recordatorio :-)
Los móviles viejos que coleccionas con sus cargadores que forman una enorme bola de cables. Teléfonos que ya no los usaría ni Pablo Escobar en los 80. Recíclalos.
La media docena de pantalones que, si eres sincero contigo mismo, sabes que no volverás a ponerte porque volver a los veinte es más complejo que conocer a Elon Musk y que te lleve en uno de sus cohetes a Marte. (también un auto-recordatorio :-)
Todas esas especias que guardas en la despensa de cuando olías a pachuli y decías que eras hippie. Además, todos esos turrones que escondes en la nevera, que datan de las Navidades de 2020. Limpia la despensa de latas caducadas que compraste hace una década y que guardas por si llega el apocalipsis.
Hacer limpieza es un gesto simbólico y adictivo, porque cuando notas lo bien que te sientes al limpiar tu entorno de porquerías que ya no necesitas, no puedes parar.
Recuerda que para que quepan cosas nuevas en tu vida, tienes que hacer sitio :-)
Nota: este tipo de desapego tiene el poder de aumentar tu felicidad.
2. Despréndete de los miedos.
Jim Rohn dijo algo así como que la vida ya era arriesgada desde el momento en que nacías, tan arriesgada que al final acabarías muerto :-(
Y es cierto; por eso no hay que jugar a la defensiva sino al ataque. Y el apego nos impide asumir riesgos.
No estoy sugiriendo que vayas a Las Vegas a jugarte tus ahorros a la ruleta.
Lo que digo es que si no aceptas riesgos controlados, tus ahorros perderán valor con el tiempo y la inflación.
Invertir da miedo, pero hay que dejar de lado el miedo y asumir riesgos.
Para ello, debes diversificar y vivir sabiendo que puedes perder y ganar.
Yo suelo reinvertir en mí mismo porque al hacerlo aumenta mi capital intelectual: compro cursos, libros, etc.
Nota: este tipo de desapego tiene el poder de que te recicles y no te quedes obsoleto.
3. Desapégate de tus seres queridos.
El apego es un instinto tribal necesario para que una estructura familiar genere la estabilidad suficiente para criar nuevas generaciones. Y eso está muy bien, pero la cara B de ese apego está salvajemente mala.
Por eso tenemos que aprender a soltar poco a poco.
Tenemos que dejar que nuestros seres queridos estén sin nosotros.
Tenemos que dejar de esperar que cumplan nuestras expectativas.
Tenemos que aprender a vivir sin ellos para no incapacitarlos ni condicionar sus vidas.
Suena contraintuitivo, pero es la mejor manera de que nuestras relaciones sean sanas y duraderas.
Practica el desapego y manda al infierno todo lo que te mantiene atascado.
Nota: este tipo de desapego puede hacer que tus seres queridos te admiren y se sientan bien a tu lado.
Un abrazo virtual
—Malafama1981
¡Enhorabuena! Lo has leído hasta el final. Y para que sigas leyendo, y desencriptando mis secretos, pincha aquí Libro
Coincido contigo Alberto, si no aprendemos a soltar y dejamos ir el apego puede más que nosotros y nos quedamos atados y pegados por experiencia sé que el dolor crece y la tristeza se convierte en compañera de ruta.
Aprender a dejar ir lo que nos causa sufrimiento despegarnos nos da la oportunidad de encontrar paz y serenidad en nuestro interior.
Parece tan fácil.
Pero salvo por lo tangible que se tira y chimpún... pero gran parte d quienes somos viene definido por los otros. Y como duele el desapego, q hay q hacer, a las personas que aún quieres. Aunque ya no funcione