Séneca Nos Dio Este Consejo Sobre La «vida» (Tiene Razón, Pero Me Cabrea)
La lección estoica que no quieres escuchar pero deberías.

La gente cree que el estoicismo consiste en…
Negarte a ti mismo como si fueras Jesús en el desierto.
Renunciar a todos los placeres terrenales (¡si te hace sentir bien, sospecha!).
Desapegarte de tus seres queridos («¡Que te den, abuelo!» :-)).
Ser más disciplinado que un Navy SEAL en la semana infernal.
Pasarte medio día pensando en todas y cada una de las formas HORRENDAS en las que puedes morir (Memento Mori).
Y el otro medio, en todas las cosas que te pueden salir mal (Praemeditatio Malorum), porque, como afirmaba el estoico moderno Murphy en sus leyes: «Si algo puede salir mal, saldrá mal».
Sin contar con lo de levantarte a las 5 de la mañana, meditar como si fueras el Dalai Lama, darte duchas heladas y entrenar más tiempo que Arnold Schwarzenegger una semana antes de Mr. Olympia.
Pero no es verdad.
Ojalá fuera tan sencillo como ser un sociópata egoísta al que todo le da igual. (Si fuera así, Donald Trump sería el nuevo Marco Aurelio, y no es el caso :-)).
De hecho, el estoicismo no está basado en negarse todo placer y todo contacto humano.
Todo lo contrario: el estoicismo te enseña a habitar en el mundo de manera virtuosa.
En cristiano: sin excesos, pero sin que te falte de nada.
Y para ello, estoicos como Séneca te recomiendan el camino de en medio (el cual odio con todas mis fuerzas).
El consejo que más me cabrea de Séneca
Continúa leyendo con una prueba gratuita de 7 días
Suscríbete a Malafama News para seguir leyendo este post y obtener 7 días de acceso gratis al archivo completo de posts.